El ataque Finney ha llegado a convertirse en un tópico del mundo de las criptomonedas desde hace años. Se trata de un problema muy grave que conlleva altos riesgos para todo aquel que invierte en criptodivisas, sea el Bitcoin o cualquier otra, y que vulnera así su estado como partícipe de la blockchain.
No obstante, sucede que este tema no ha sido aclarado entre los miles de usuarios que día a día realizan transacciones en las cadenas de bloques. Muchos han llegado a sufrirlo sin saber qué es lo que les ha sucedido. Para que tú no seas uno de ellos, hemos preparado una guía puntual con la que aprenderás todo lo necesario sobre él.
El ataque Finney es un ataque de doble gasto aplicado a las diversas criptomonedas que existen en la actualidad. De ese modo, se trata del uso de un mismo conjunto de fondos para más de una operación.
El nombre de este ataque se debe a Hal Finney. Este fue el primer receptor en todo el mundo de una transacción hecha con el Bitcoin.
Fue además el primero en resaltar que era posible que se realizase un ataque de doble gasto con dicha criptomoneda. Por ende, se le nombró con su apellido en honor a su comentario tan acertado.
Siendo el ataque Finney un movimiento de doble gasto, conserva las características de este último, al menos en lo primordial. Sin embargo, cuenta también con otras que lo definen con mayor puntualidad, y son las siguientes:
El ataque Finney puede suceder en cosa de segundos, dependiendo de la habilidad de cada hacker y del poder computacional del que disponga. Pero sin importar el tiempo que se tarde, el procedimiento puede dividirse en tres momentos:
Primeramente el hacker que va a realizar el ataque debe extraer un cierto número de bloques. No debe ser una cifra alta, en realidad. Basta con que se ajuste a la cantidad que suele minar desde su equipo.
Dentro de ese conjunto, habrá un bloque que estará buscando. Una vez que lo encuentre añadirá en él una transacción programada que envía una porción de las criptomonedas a su propia dirección.
Sin embargo, no transmite ese movimiento. Por consiguiente, este último no es detectado por el resto de los mineros.
A continuación, el atacante seguirá buscando bloques. El próximo que encuentre no lo emitirá. En lugar de ello, buscará una dirección a la cual enviar la ya mencionada porción de sus criptomonedas.
La dirección, desde luego, será la de algún comerciante que oferte bienes o servicios y que acepte transacciones no confirmadas del todo.
En este punto, el atacante debe esperar a que el comerciante o las personas a las que va a estafar acepten el pago que él ha hecho con la porción de criptomonedas y que, por ende, decidan enviarle el producto o servicio.
A continuación emitirá el bloque de la primera parte del procedimiento, el que contiene la transacción programada. El mismo se encargará de anular la transacción.
De ese modo, el pago que debería llegarle al comerciante se interrumpe y se cancela, lo que deja al atacante con sus criptomonedas completas, sin que la otra persona pueda interceder o resolver la estafa.
Si bien es cierto que los ataques Finney son irreversibles, especialmente porque no hay ningún ente que regule el Bitcoin o las criptomonedas en general, sí es posible que te anticipes a ello.
Para eso debes recurrir a un pequeño método. Este consiste en que siempre aguardes a que la transacción que vayas a recibir sea confirmada 6 veces.
Esa cifra es más que suficiente como aval para asegurarte de que no vaya a ser vulnerada. Aplica para cantidades elevadas y pequeñas por igual.
Es importante además, si eres comerciante, que dejes en clara esa condición. Quien quiera que decida intercambiar contigo, ya sea un producto, un servicio e incluso otras divisas, deberá saber de antemano que solo realizarás la entrega luego de 6 confirmaciones.
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