Frecuentemente se habla de la descentralización en el Bitcoin. Pero casi nunca se estudia lo indispensable que resulta para dicha criptomoneda. En este artículo nos dedicaremos a hacerlo.
Primeramente debemos remitirnos a los orígenes del Bitcoin. Hay que recordar que cuando Satoshi Nakamoto lo creó existía el recuerdo reciente de varias crisis económicas.
Las mismas se debieron en gran medida a la pésima gestión de muchos bancos y a ciertos entes de las bolsas de países como Estados Unidos, donde ocurrió la crisis de Wall Street.
Para muchos expertos estaba más que claro que centralizar la economía era un error. En primer lugar, porque condicionaba su fluidez, y ello a su vez ocasionaba que no se expandiera realmente.
En segundo lugar (y quizás hasta más importante), porque significaba que cualquier mínimo desplome generaría un efecto dominó. Y esto fue, en efecto, lo que ocurrió durante aquellos años de la primera década del nuevo milenio.
Con esos antecedentes en mente,Nakamoto se planteó el proyecto de crear un sistema económico mucho más seguro. Para ello contaba con la opción de desarrollar una moneda virtual.
Sin embargo, esa moneda debía escapar de los riesgos que tenían las fiduciarias. Fue entonces cuando Nakamoto dio con la clave: la descentralización. Esta, por decirlo de un modo, purgaba el activo de todos esos peligros.
Así nació el Bitcoin como un sistema de intercambio monetario global y virtual que se presentaba como una alternativa real, verídica y confiable frente a las divisas comunes.
La descentralización actúa como el pilar clave de todo el BTC. Este se postula como una moneda cuyo valor depende de la fluidez de sus transacciones, del peso de las operaciones hechas con él y, en resumen, de su demanda.
Eso implica que constantemente sufra alzas y bajas de valor, como lo hace a diario. Pero en ningún momento existe la manipulación de ningún ente que pueda desvalorizarlo o revalorizarlo de acuerdo con sus intereses particulares.
Sí, es cierto que ninguna entidad bancaria o financiera puede alterar el valor de una divisa a voluntad. No obstante, también es verdad que sus acciones pueden servir de influencia.
Ahora bien, el BTC no se supedita a nadie. Su valor (incluidas las alzas y bajas) es completamente arbitrario.
Y como lo ha demostrado la historia de dicha criptomoneda, para funcionar eficazmente no necesita ni depende de ningún organismo que lo regule.
La prueba máxima de ello es cómo se ha vuelto un activo fundamental para negocios de grandes montos. Asimismo la minería del Bitcoin se ha convertido casi en una profesión que permite el acceso a todos los usuarios y no solo a un grupo previamente seleccionado.
De todo lo anterior se desprende que la descentralización fue, más que simplemente un acierto, una solución rentable de Nakamotofrente a las crisis económicas.
Ya hablamos del papel que juega la descentralización en el BTC y su red. Partiendo de ello, examinemos ahora las consecuencias que habría podido generar su ausencia:
Si el Bitcoin careciera de descentralización, jamás habría alcanzado su validez actual. Esa afirmación se sostiene en el contexto inmediato a su creación, del cual ya hablamos.
En una época en la cual diversos entes bancarios no ofrecían confianza, una propuesta como el BTC habría sido demasiado arriesgada. Por ende, difícilmente habría podido despegar.
Así pues, hoy no existiría ni el BTC como lo conocemos ni todo el criptomundo y las criptomonedas que lo conforman.
Si estuviera centralizado, el BTC no habría podido tener un carácter global. Lo más probable es que el ente que lo dirigiese habría limitado su uso a una cierta región del mundo.
Desde luego, con el paso del tiempo se habría extendido. No obstante, ya para entonces se habría formado un mercadocon los primeros usuarios, lo que los habría colocado en una situación claramente ventajosa.
Ya hablamos de las consecuencias que habría significado para el BTC el no ser una moneda descentralizada. Pero ese planteamiento era hipotético, dado que afortunadamente el BTC sí está descentralizado.
Hace falta, por tanto, un caso real. Y lo encontramos en la criptomoneda “Petro”. Creada en Venezuela, este criptoactivo ha sido centralizado desde su comienzo por el Estado.
Eso ha suscitado diversos inconvenientes. Entre ellos, que exista una desconfianza muy grande respecto a la validez del uso de dicha divisa, al margen de lo que los medios puedan afirmar.
Ese y otros factores han impedido que el Petro se agregue al BTC y a las demás criptomonedas. Y la razón no es otra que el hecho de que esté centralizada.
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