Las monedas digitales se han convertido en uno de los temas más recurrentes durante los últimos meses y años. Este tipo de producto es el aje principal de la economía digital y del futuro de la economía mundial. Desde hace algún tiempo diferentes países y regiones han comenzado a explorar la posibilidad de desarrollar y poner en curso legal una moneda digital del banco central.
Justo ahora, aunque sea algo que parece estar de moda, las monedas digitales de los bancos centrales tienen algo de tiempo sonando bastante. Y no fue hasta julio de este año que el Comité de Gestión del Banco Central Europeo lanzó de manera oficial el proyecto de euro digital. Esto no significa que la criptomoneda esté lista, pero sí que se están dando los primeros pasos.
En este momento se comenzarán a llevar a cabo las investigaciones y evaluaciones a cerca de los temas más importantes que competen a una moneda digital en ello se incluyen las rutas técnicas, el marco regulatorio de la moneda digital, los escenarios en los que se aplicará y los impactos potenciales positivos y negativos previstos en dos años.
Con el anuncio del proyecto se ha marcado una nueva etapa en el desarrollo del euro digital y aunque ahora no se estén tomando del todo en cuenta las repercusiones, un proyecto de esta envergadura seguramente generará un gran impacto en el sistema de pagos y los mercados financieros en Europa y en gran escala en todo el mundo. Si bien estos cambios pueden ser positivos, no se pueden ignorar los desafíos y riesgos que se podrían enfrentar.
Uno de los elementos por los cuales el lanzamiento del Euro Digital es tan importante es que con el paso del tiempo la demanda ha aumentado y su desarrollo se ha vuelto una necesidad más que una opción. El desarrollo de la economía digital es bastante acelerado al igual que los comportamientos de consumo, la inversión y el ahorro.
Con una tendencia de consumo bastante importante, los usuarios necesitan alternativas para utilizar su dinero de la manera más eficiente posible. En la actualidad, la inmediatez es primordial, por ello es que entre más rápido y eficaz sea un sistema, más éxito tiene y se utiliza con mayor frecuencia. Además, los usuarios se están volviendo cada vez más digitales.
La digitalización del consumidor está bastante relacionada con la pandemia ocasionada por el coronavirus. Una gran cantidad de empleos presenciales se convirtieron en virtuales. El estilo de vida de las personas migró de las tiendas físicas a las tiendas y compras en línea. La enseñanza también migró a lo digital y el mundo cambió radicalmente.
En este periodo de cambios, el público se volvió menos dependiente de los pagos con contacto. Es mucho más sencillo hacer una transferencia o un pago automático para disfrutar de algún servicio o comprar cualquier cosa que dirigirse al banco para hacer un retiro o a un cajero automático.
Y esto no son especulaciones. Según un informe de investigación publicado por el Banco Central Europeo acerca de la actitud de los consumidores, se demostró que aproximadamente la mitad de los encuestado prefieren utilizar pagos distintos a los en efectivo. De hecho, el porcentaje de pagos con efectivo ha descendido drásticamente con respecto a los valores del año 2016 y 2019.
Pero la migración de los consumidores de los pagos en efectivo a los pagos digitales no es algo nuevo. Muchos usuarios reportan distintos problemas con los métodos de pago existentes. Además, un porcentaje importante de personas asegura no tener acceso a las alternativas bancarias tradicionales. De acuerdo con los datos expuestos por el Índice de Inclusión Financiera Global del Banco Mundial al menos el 5% de la población en Europa no posee una cuenta bancaria.
Las personas que no tienen cuentas bancarias siempre habían utilizado efectivo para pagar, los motivos para tomar esta decisión son varios, algunos de ellos son los altos costos de las transacciones otro punto a tomar en cuenta es que los pagos transfronterizos son bastante ineficientes además de riesgosos por lo cual los inversores y usuarios han optado por alternativas más adecuadas y que se adapten a sus necesidades y es allí cuando las criptomonedas entran en el juego.
Si las criptomonedas descentralizadas como bitcoin, Ethereum y similares no existieran, quizá el paso de la economía tradicional a la digital hubiese tardado un poco más, pero eventualmente hubiese sucedido. Las criptomonedas descentralizadas en los últimos años han tenido un desarrollo bastante acelerado lo que ha cambiado para siempre la manera de entender la economía.
De acuerdo a los resultados obtenidos en estadísticas no completadas actualmente hay más de 10.000 criptomonedas en el mundo. Si bien las más populares pueden ser bitcoin Ethereum y Dogecoin, el mercado criptográfico es bastante amplio. Tanto, que el valor total de mercado ha logrado superar los 2 billones de dólares una vez más.
Pero con las criptomonedas descentralizadas hay ciertos conflictos, no existe soporte de valor, se registran constantemente fluctuaciones violentas en los precios y el enorme consumo de energía de la minería de criptomonedas como bitcoin hacen que las criptomonedas no sean bien recibidas, al menos no por todos, pues esos 2 billones de dólares no son en vano.
Las características de la descentralización y el anonimato son algunos de los elementos menos atractivos para los reguladores pero de los más llamativos para los delincuentes. Si bien las criptomonedas descentralizadas no solo son utilizadas para actividades criminales, los datos están allí. Durante estos años se han registrado casos de posibles blanqueos de capitales, financiamiento de terrorismo y otras actividades ilegales que ponen en peligro la seguridad financiera de los países y la estabilidad social.
Ahora, una de las preguntas recurrente es que si las criptomonedas son tan peligrosas, por qué los bancos centrales están interesados en desarrollarlas. El tema es que las monedas digitales que desarrollan los bancos centrales toman lo mejor de las criptomonedas y lo mejor de la estructura financiera tradicional.
De acuerdo con lo expuesto por el Banco Central Europeo se cree que si se digitaliza la moneda creando un producto que esté libre de riesgos, sea accesible, eficiente, elimine el anonimato y las fluctuaciones, se puede resolver el problema de la necesidad de eficiencia de transacciones de los usuarios, pero también se pueden sumar al futuro de la economía sin poner en riesgo la estabilidad financiera y la política monetaria.
La innovación, cuando se cuidan los detalles puede generar cambios positivos en la economía. En el caso del Banco Central Europeo había mantenido una actitud un tanto cautelosa. Claro, el desarrollo de una moneda digital o tratar con las criptomonedas era un tema bastante ajeno a los reguladores y aún sigue siendo algo que no se sabe del todo cómo abordarse.
Pero el Banco Central Europeo decidió dejar eso de lado y comenzar la exploración práctica del euro digital. Aunque parezca que esto es algo muy reciente, el proceso inició desde finales del año 2019 cuando se estableció el Grupo de Trabajo de Moneda Digital del Banco Central. Este grupo de investigadores exploraba el anonimato de las criptomonedas y otros tópicos importantes para el desarrollo.
Luego en septiembre del 2020 se tenía planeado el lanzamiento de un experimento de euro digital con la evaluación del libro mayor de este proyecto en el que se tocaban temas de privacidad, lucha contra el lavado de dinero y las restricciones que podría tener el Euro Digital en la circulación. Posteriormente, en octubre del 2020 se publicó un informe en el que se exponían los principios básicos y los escenarios de aplicación del Euro Digital además de los fundamentos legales.
Todo este proceso duró algo de tiempo. Fueron dos años hasta que en julio del 2021 que el proyecto dio un nuevo paso en la etapa de investigación de los Estados Unidos. En esta fase se descubrieron algunos problemas de diseño y distribución al público, pero es trabaja en ello, lo positivo es que la moción del euro digital fue apoyada por Alemania, Francia y otros países miembros.
El asunto con todo esto es que el desarrollo de una moneda digital no es tan sencillo como aparenta. Para que se complete es necesario contar con un marco legal adecuada. Y en el caso de Europa, los estatutos relacionados con monedas digitales son bastante débiles. Pero se ha ido trabajando en ello, pues en junio de 2018 se promulgó la quinta enmienda de la orden contra el blanqueo de capitales, pero en este momento queda bastante por explorar.
Ya otros países han dado pasos en cuanto a regulación. Uno de los casos más sonados es El Salvador que convirtió bitcoin en una moneda de curso legal, lo cual Europa no pretende hacer. Otro caso es el de China que prohibió por completo cualquier actividad relacionada con criptomonedas, lo que quizá no haga Europa, pero es probable que pronto adopte una actitud regulatoria un tanto restrictiva para que el desarrollo y lanzamiento del Euro Digital no tenga inconvenientes.
Ahora el proyecto del Euro Digital ya ha recorrido algo de camino, pero aún resta algo de tiempo para que el mundo pueda ver el Euro Digital. Un ejemplo claro es China que lleva varios años desarrollando el RMB Digital y no fue hasta hace poco que se hicieron las primeras pruebas cerradas. Por ahora se espera que el proyecto esté listo en unos 5 años si es que todo sale como se tiene planeado.
Fuente: Finance Sina
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