Menos mano de obra, más compra venta, más diseño, más comerciales… Las naciones poderosas están dejando paso a las empresas poderosas. Cualquiera con una conexión de Internet en el tercer mundo puede ganar el mismo dinero por el mismo trabajo que en el primer mundo. Así que a los países no les queda otra que invertir en ciencia y en tecnología y tratar de tener empresas en la cima de diferentes sectores. Al final la sectorización atrae a la tokenización.
Hoy, Carlos Callejo que es CEO & Blockchain Analyst en Blockimpulse y Director Académico del Máster en Blockchain Aplicado nos trae a Criptogaceta un pequeño artículo sobre la tokenización.
Te guste más o te guste menos, los tokens, tecnología blockchain, exchanges, contratos inteligentes y todo este tipo de palabras han venido para quedarse. Usaremos esta tecnología para intercambio de valor de todo tipo, con una seguridad a prueba de bombas y un entorno descentralizado donde ganaremos transparencia en todos los procesos.
Pero, vamos a empezar por lo simple, ¿Qué es un token?
Un token es un activo digital que puede ser programado. Además, puede adherirse a él no solo un intercambio de valor sino un derecho real o persona, sobre un bien tangible o intangible, de forma privada, pero a la vez de forma pública o semi-pública a efectos tecnológicos. El propietario puede guardarlos en su monedero virtual, también llamado wallet, y nada ni nadie puede interferir ni decomisar esos tokens.
En otros casos, los tokens de seguridad o security tokens pueden servir para financiar un proyecto y además de crear un sistema estilo crowdfunding, otorgar al inversor un derecho sobre la propiedad o recibir dividendos como si fuera un accionista.
Hay varios proyectos en marcha, como la tokenización de excedente proveniente de la energía renovable y gracias a los contratos inteligentes que se venda automáticamente a otro comprador en un mercado secundario. Partir en trozos una sociedad limitada que de dedica a procesar cacao y poder ser accionista sin tener que pasar por toda la burocracia. O, por qué no, poder ser inversor de un Uber en China o de un m2 de una parcela en Toronto, también podemos ser inversores de un contrato de patrocinio de una estrella de la NBA o tokenizar mis préstamos. Gracias a los mercados y la tecnología de los tokens, podremos soñar casi cualquier caso de uso y conseguir una seguridad, agilidad y transparencia en los procesos, con la eliminación de intermediarios, que no existía.
Para entender la envergadura y las oportunidades hay que saber anticiparse al mercado y a los marcos regulatorios de los diferentes países que están continuamente cambiando para dar entrada a esta tecnología. Estas mismas palabras son las que les transmito a mis alumnos del Máster en Blockchain Aplicado, los cuales se preparan adecuadamente para crear sus propios proyectos.
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