A medida de que el uso de criptomonedas se ha popularizado, la supervisión de los reguladores era mayor. Hace unos cuantos años, si le preguntabas a un regulador qué era una criptomoneda, probablemente no sabría contestar. Lo mismo sucedía con muchas personas que jamás habían tenido un acercamiento con esta clase de activos, ahora, el uso de criptomonedas se ha hecho masivo y los reguladores intentan contrarrestar toda la fuerza.
En esta oportunidad, la Unión Europea se pronunció con un nueva plan que pretende combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo en los países miembros. La propuesta era que se prohibiera toda actividad que se realice con criptomonedas siempre que la transacción se realizara de manera anónima.
Solo hace unas cuantas horas la UE enfatizó en el documento publicado que toda actividad económica que se realice con billeteras anónima estarán incumpliendo la ley. Hasta el momento no se conoce cuáles serán las sanciones que se aplicarán, pero es bastante probable que tengan que ver con multas y quizá tiempo en prisión.
En cuanto a la propuesta de la UE, hay muchos comentarios a favor y en contra. Los que están en contra de esta medida aseguran que un cambio como este es contrario a la esencia de las criptomonedas. Debemos recordar que este tipo de activo es descentralizado, anónimo y es lo que ha llamado más la atención de los inversores, por ello es que las criptomonedas ocupan el lugar que tienen, pero por esto mismos motivos, son el objetivo principal de los reguladores.
En el mismo orden de ideas, la Comisión Europea declaró recientemente que era necesario imponer las mismas regulaciones aplicables a las transacciones bancarias normales a las criptomonedas. Que esto suceda significa que los usuarios que se hagan billeteras deberán hacer un registro, las plataformas en las que se comercializa criptomoneda deberán enviar informes constantes al estado además de que se rastrearán y se limitará la cantidad de transferencia máxima por transacción.
Que se apliquen las mismas medidas regulatorias a las criptomonedas que a las transacciones regulares es positivo y a la vez negativo. Si lo vemos desde el lado negativo, las medidas de control que aplique el estado pueden ser progresivamente más serias y limitar demasiado el uso de esta clase de activo, pero no debemos olvidar que regulación es igual a reconocimiento, así que las criptomonedas, con mayores estándares de seguridad podrían verse beneficiadas, esto a largo plazo.
Ya hemos visto como en otros países los pronunciamientos de entidades importantes crean estragos en el mercado criptográfico. Hace poco el gobierno de China enfatizó que las transacciones de cualquier tipo que involucraran criptomonedas están prohibidas, además cerró los centros de minería en las regiones más importantes, esto hizo que el valor de las criptomonedas más importantes del mercado cayera.
Ahora, con el nuevo plan de la Unión Europea ha sucedido algo similar. Aunque el plan no se ha puesto en marcha, pues deberá ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo, ya hemos visto como bitcoin y otras criptomonedas importantes del mercado han tenido algo de turbulencia.
Según lo expuesto por la UE el objetivo es que se comience a operar en una agencia contra el lavado de dinero en el año 2024, pero los estragos han comenzado a suceder. Solo el 20 de julio de este año el precio de bitcoin cayó por debajo de los 30.000 dólares y se posicionó alrededor de los 29.800 dólares por moneda. Este es el nivel más bajo que se ha registrado desde el pasado mes de junio.
Tal como lo reflejaron los datos, durante ese periodo bitcoin había caído un 6% solo en unas 24 horas. Pero no solo ha sido bitcoin la criptomoneda afectada, lo mismo ha pasado con Ethereum y Dogecoin, que son las dos criptomonedas con mayor relevancia en los últimos meses y han tenido una disminución en su precio de 7%.
Está claro que el mercado criptográfico no está precisamente en uno de sus mejores momentos y si las medidas de los reguladores siguen poniéndose en marcha, las cosas podrían ponerse un poco más difíciles. En este punto hay mucha incertidumbre, los inversores no saben a dónde ir y qué hacer con sus activos, y aunque las posibilidades de caída no se descartan, las de una aparente estabilidad para un próximo despegue, tampoco.
Lo que sí es un hecho es que las cosas se pondrán difíciles para unos inversores bastante grandes. Debemos recordar que en febrero de este año Tesla, la compañía liderada por Elon Musk invirtió 1,500 millones de dólares al comprar bitcoin. En caso de que la criptomoneda cayera a 25,000 dólares la pérdida para el multimillonario sería de 300 millones y si baja a 20,000 será hasta de 500 y la cifra de pérdida podría ser mucho más grande.
Fuente: Sohu
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